Devocional - Junio 01
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Texto Base: Mateo 18:1-5
"En aquel tiempo los discípulos vinieron a Jesús, diciendo: ¿Quién es el mayor en el reino de los cielos? Y llamando Jesús a un niño, lo puso en medio de ellos, y dijo: De cierto os digo, que si no os volvéis y os hacéis como niños, no entraréis en el reino de los cielos. Así que, cualquiera que se humille como este niño, ése es el mayor en el reino de los cielos. Y cualquiera que reciba en mi nombre a un niño como este, a mí me recibe."
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La pregunta que más intrigó en este texto es quién es mayor en el Reino de los cielo. Este pasaje también es narrado en Lucas y Marcos. Los discípulos venían discutiendo en el camino y ellos pararon y les preguntó de qué estaban hablando, ellos se quedaron en silencio. Marcos 9:33. Lucas 9:46.
Por qué en el corazón del hombre siempre está el deseo de ser mayor, mejor, poderoso. El corazón del hombre está siempre insatisfecho que por más de lo que tenga quiere ser mayor. Ellos caminaban con Jesús y esto no debió entrar a su corazón porque ellos estaban con el Mayor. Pero ellos discutían por quien tenía el mayor lugar, quien era el más querido, el mejor, el más más entre ellos.
Jesús trae una enseñanza sobre esa cuestión de querer ser lo que no se es, de querer estar donde no se debe estar, de querer ocupar un lugar que no es suyo. Trae un niño, y es maravillosa la comparación que hace, coloca al niño en medio de ellos. Todos los que tienen niños saben la responsabilidad que se tiene, de estar cuidando, de estar edificando a ese niño. Cuando Jesús hace esta comparación de que quien se humilla como ese niño ese es mayor. Si no se pone como un niño no podría tener la posición que quiere tener. Porque un niño no está en ninguna posición de disputa, solo quiere tener sus necesidades suplidas, tiene algo extraordinario que es fe, cree en lo que su padre le dice. Por eso es que siempre hay una orientación a los padre por los pedagogos, no le diga lo que no va a cumplir porque los niños creen.
Lo que Jesús quería es que en vez de estar discutiendo de quien es mayor, es que tuvieran la fe de los niños, de estar confiados en el Señor, de ser leales en su Señor, porque la fe pasa por la fidelidad, confianza y lealtad. Qué en vez de estar queriendo títulos, tuvieran ese nivel de fe.
Otra cosa interesante, en la vida de los niños es la humildad. Ellos son reprendidos, son disciplinados, mas ellos tienen un corazón humilde. Cuando ellos están bajo la autoridad, ellos aceptan, ellos no reconocen la autoridad. Si su padre le hace algo que le dolió, ellos no guardan rencor en el corazón, ellos reconocen que hay una autoridad sobre ellos.
Jesús les enseña a través de los niños, un modelo a sus discípulos, les dice que así como el de los niños, ellos tengan ese corazón, de humildad, llenos de fe y de humildad. Que el mayor que está en el Reino, ese hombre y esa mujer tiene esas características. No hay disputa sobre posiciones sino que es humilde en reconocen la autoridad de Dios, que nada acontece porque es lo máximo sino porque es la misericordia de Dios.
Nosotros tenemos con los niños la obligación de hacerle creer en conocimiento, hacerla crecer con salud, hacerle crecer en relacionamientos. Es nuestra obligación enseñar a los niños eso.
Ahora los niños están mal criados, porque los padre no les enseñan, quieren que aprendan en la escuela, pero las escuelas no están para enseñar educación a los hijos, están para enseñar otras disciplinas académicas. Los niños necesitan ser enseñados dentro de casa.
Esa enseñanza que Jesús mostró a través de ese niño, Él quiere ver también en los grandes hombres de Dios. Porque cuando vemos que crecemos, nos volvemos soberbios, cuando vemos que crecemos nos volvemos orgullosos y creemos que no necesitamos de orientadores, que no necesitamos de mentores. Cuando un niño crece sabe que tendrá padre y madre por la eternidad.
Los discípulos crecen espiritualmente, y aveces ni tanto, tienen antigüedad en la iglesia, creen que deben tener mejores cargos, mejores posiciones en la iglesia y empiezan a tener discusiones así como los discípulos. Esas discusiones no llevan a ningún lugar. El mayor es aquel que hace la voluntad de Dios, el mayor es aquel que anda en humildad delante de Dios. Ese es el mayor que el Señor quiere encontrar, corazón de niño, que confía en Él, que se humilla delante de Él. Un niño no piensa en quien es mayor o menor en su casa.
Que Dios traiga sobre nosotros un corazón de niño, humildes para ser mayores.
El texto nos enseña que un niño no debe tener actitud de adulto, pero si un adulto debe tener una actitud de niño. Seamos humildes como ese niño.
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