lunes, 30 de enero de 2017

“Puedes creer”

Texto Base: 1 Reyes 18:41-46

“Entonces Elías dijo a Acab: Sube, come y bebe; porque una lluvia grande se oye.
Acab subió a comer y a beber. Y Elías subió a la cumbre del Carmelo, y postrándose en tierra, puso su rostro entre las rodillas. Y dijo a su criado: Sube ahora, y mira hacia el mar. Y él subió, y miró, y dijo: No hay nada. Y él le volvió a decir: Vuelve siete veces. A la séptima vez dijo: Yo veo una pequeña nube como la palma de la mano de un hombre, que sube del mar. Y él dijo: Vé, y di a Acab: Unce tu carro y desciende, para que la lluvia no te ataje. Y aconteció, estando en esto, que los cielos se oscurecieron con nubes y viento, y hubo una gran lluvia. Y subiendo Acab, vino a Jezreel. Y la mano de Jehová estuvo sobre Elías, el cual ciñó sus lomos, y corrió delante de Acab hasta llegar a Jezreel.”

La Biblia enseña que no hay maldición sin causa, Israel estaba viviendo un periodo de sequía extrema, y por causa de esa sequía había un hambre terrible. Ellos jamás habían vivido eso. ¿Por qué Dios llevó a vivir al pueblo una necesidad tan grande?. La Biblia dice cuando Acab asumió el reinado, fue malo delante de los ojos de Dios.
1 Reyes 16:30 “Y reinó Acab hijo de Omri sobre Israel en Samaria veintidós años. Y Acab hijo de Omri hizo lo malo ante los ojos de Jehová, más que todos los que reinaron antes de él.”

Acab hizo peor que todos los anteriores, y tomó por mujer a Jezabel, hija de Et-baal rey. El verso 32 dice que cometió abominaciones para irritar al Señor.
Cómo puede una criatura humana limitada, disponerse a cometer actos para irritar al Señor?. Se levantó para hacer todo aquello que sabía que era abominable delante del Señor.
Y por cuenta de sus actitudes, porque él era líder, era el rey, todo Israel penó. El  capítulo 17 dice que Dios tomó profeta y mandó a decir que se arrepintiese porque no habrá lluvia sobre la tierra “dijo a Acab: Vive Jehová Dios de Israel, en cuya presencia estoy, que no habrá lluvia ni rocío en estos años, sino por mi palabra.”

La palabra que vino fue muy clara para todos los moradores de esa región, estaban irritando a Dios, están provocando la ira de Dios. Pues Dios va actuar, Dios no es ciego ni es sordo, él se levanta para actuar contra todos los que se levantan para irritarlo. Bastó a Dios cerrar los cielos. No mandó matar a nadie, no mandó a destruir nada, sólo mandó a cerrar los cielos. Aquello fue suficiente para probar que el hombre es nada frente al Todopoderoso. Cerró la bendición de la lluvia, no tiene plantación, no tiene comida, no tiene producción, no tienen nada.

La lluvia de Dios sobre nosotros es tremenda bendición, no es motivo de maldición. Cuántos están reclamando que está lloviendo mucho a todo hora; hay un pueblo que está llorando para que llueva en su tierra, tiene todo seco, no tiene cómo producir.
Cielos cerrados, sequía, es señal de maldición y toda vez que el pueblo se vuelve a la idolatría y se vuelve contra Dios para a irritarlo. Sequía hay donde hay idolatría. La maldición viene sobre ellos.

Israel pasó ese tiempo de penurias, tres años de sequía, Acab estaba irritado, mandó a capturar a Elías a todo lugar para matarlo, como si matando al profeta fuera a resolver la sequía, cuando Elías no tuvo nada que ver con el problema. A veces nosotros queremos direccionar nuestro problema a personas que no tienen nada que ver con nuestros problemas, queremos hallar culpables. Acab quería culpar a Elías por la sequía cuando él era culpable, la casusa estaba en él, en su mal reinado.
Cuando Dios manda volver a Elías después de tres años para que se presente ante el rey, porque Dios va hacer llover, la misericordia de Dios, siendo complaciente con su pueblo. La biblia dice que Elías dice a Acab, sube, come y bebe porque ya se oye el sonido de abundante lluvia.

¿Dónde estaba ese ruido? Estaba en el mundo espiritual, no era físico. Usted puede que no vea nada acontecer, más afine sus oídos porque ya hay ruido en el mundo espiritual de las oraciones que haces. No vez nada acontecer, pero ya se liberó la Palabra profética. Tu boca tiene que ser una boca profética que cree en lo que declara.

El profeta le dijo anda sube, come y bebe porque ya se oye el ruido. Pero el profeta no veía nada más ya se había comprometido al declarar. Elías no fue a la casa a comer y beber, él fue al monte, tenía que llover y aún no había nada, y puso su rostro entre sus rodillas y empezó a clamar. 

Resultado de imagen para postrada ante diosEl llamó a su criado y le dijo, vez algo, ¿vez que empieza a llover?. Siempre nos coge un poco de incredulidad. ¿Será que Dios está haciendo? ¿Será que está aconteciendo?

Cómo es que se oye el ruido de una abundante lluvia y después nos falta la fe. Nuestra humanidad no nos deja ver cosas mayores, somos incrédulos, porque nos parece imposible, pero, no hay imposibles para Dios. 

El criado decía no veo nada, y el profeta seguía clamando. Y después de siete veces, el criado pensaba otra vez si yo no estoy viendo nada, pero fue y vio algo. ¿vio la abundante lluvia? No!. Sólo era una pequeña nube como la mano de un hombre, La mano del hombre no es nada, no es grandeza. Pero para Elías era una señal, él se levantó. Para otros puede ser nada pero para Elías era su señal, y con esa pequeña señal, él se puso fuerte y se llenó de fe.  Y dijo a Acab desciende en tu carro para que la lluvia no te detenga. Es lejos el lugar a donde iban. Y Elías no fue en carro, siñó sus lomos y fue corriendo, y fue más rápido que el carro de Acab. Cuando el profeta cree a Dios gana fuerzas, gana velocidad, no queda limitado a circunstancias, no queda limitado al tiempo, el no queda limitado al puedo o no puedo. Mas acredita en aquel que le da todo.

Dios va aumentar tu velocidad en aquello que precisas conquistar. Dios está moviendo el mundo espiritual, tienes que estar atento para oír el ruido porque va a haber abundante lluvia, bendiciones sin medida van a ser derramadas, puedes creer!!.
En el mundo espiritual hay muchas personas que no llegan a ver esa pequeña nube, Dios quiere abrir tu visión hoy para que esa bendición llegue a su casa y veas un milagro mayor en tu vida.

Ap. Dayse Costa


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