Texto base: Mateo 7:7-8
“Pedid, y se os dará;
buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá. Porque
todo aquel que pide, recibe; y el que busca, halla; y al que llama, se le
abrirá.”
En este pasaje tenemos una
orientación tremenda de Jesús acerca de la oración, nos incita a orar, Él nos
convoca a ese momento de la oración, y aquí tenemos un secreto de realización, Pedid,
buscad, llamad.
Aquella convicción que el Señor
da, que el momento que separamos para estar con Él, tiene respuesta, tiene
realizaciones, tiene sueños realizados. Todas las veces que buscamos al Señor,
la certeza que Él nos da es mucho más que una oración respondida.
El objetivo de Jesús en
esta enseñanza a sus discípulos en el Sermón del Monte de buscar la oración, no
es que ellos tengan un horario fijo para orar, sino que ellos se desenvuelvan
en un estilo nuevo de vida, que ellos comiencen a descubrir el placer de la
intimidad, el placer de estar cerca, la certeza de ser oído, la convicción de
respuestas. Es mucho más de simplemente orar y hablar con el viento, es mucho
más mucho más que orar y no ver resultados.
Él dice en el verso 12 “Así que,
todas las cosas que queráis que los hombres hagan con vosotros, así también
haced vosotros con ellos; porque esto es la ley y los profetas”.
Aquí está la regla de oro
para que las cosas acontezcan.
¿Cuál es esta regla?
Cuándo les dice, todo lo que
quieren que los hombres hagan con ustedes, ellos aún no hicieron, mas yo quiero
que hagan. Entonces voy hacer una siembra de aquello que yo quiero cosechar. Yo
preciso aprender a trabajar en contramano de este mundo, que es un mundo de
intereses, que es un mundo que sólo nos pagan para hacer lo que ellos quieren,
mas no tenemos lo que queremos muchas veces. Por eso esta regla de oro no es lo
que debe ser echo, mas también las comisiones aquello que Dios mandó a hacer,
mandó a cada uno para realizar. Y el secreto aquí está en ese momento de
intimidad.
Encaja este texto con Juan 15.
Cuando Él habla de la vid, Él se coloca como la vid verdadera. Para que los pámpanos
den fruto deben estar en la vid. Cuando Él dice yo soy la vid verdadera y mi
Padre es el labrador, versículo 2 dice, todo pámpano que está en mí y no da
fruta, Él corta y todo pámpano que da fruto limpia para que dé más fruto aún.
La viña es muy cultivada en
toda la región de Palestina y todos los años ellos hacen la poda en la viña. Y
todo pámpano que no produce ellos cortan, ellos tiran, pues es algo inútil que está
ocupando espacio pudiendo estar cargado de frutos, ellos no pierden tiempo de
mantener ese pámpano inútil que no da fruto, esos pámpanos que son cortados,
ellos no hacen nada con ellos, ellos son destruido, no sirven para otra cosa,
porque el aprovechamiento de ese pámpano era cuando estaba en la vid, porque de
la vid recibía vida, más si estando en la vid no producía, menos estando fuera,
no sirve más para nada.
Lo que es más importante
aquí es que ese pámpano no tiene vida propia, el verso 4 dice: Permaneced en
mí, y yo en vosotros. Como el pámpano no puede llevar fruto por sí mismo, si no
permanece en la vid, así tampoco vosotros, si no permanecéis en mí.
Cuando el habla permanecer
en mí, Él está diciendo cree en mí, quédate junto a mí, camina conmigo, porque
es es el secreto de la producción. El secreto para que usted vea y los frutos puedan
acontezcan. Esos frutos cuando maduran son escogidos para un proceso de crecimiento.
Y podemos ver que la expectativa de Dios es que cada pámpano produzca mucho
fruto, por eso cuando nosotros estamos siendo estimulados a orar es porque el
resultado de esa oración va ser pámpanos con mucho fruto, el resultado de ese
clamor, el resultado de estar delante de Dios, es ver almas siendo escogidas delante
del Señor, es ver que nuestra vida ya no es la misma, pasamos a ser pámpanos
productivos, todo lo que hagamos prosperará, a donde vayamos prosperaremos, si
fuéramos a predicar, a trabajar, a donde vayamos vamos a tener resultados
porque estamos ligados a la vid y la vida de Él va a venir a nosotros.
El Señor no tiene interés de
escoger pámpanos secos, Él no tiene interés de cortar pámpanos infructíferos, Él
no tiene interés de destruir proyectos o sueños de nuestra historia. Por el
contrario.
Apocalipsis 14:18 “Y salió
del altar otro ángel, que tenía poder sobre el fuego, y llamó a gran voz al que
tenía la hoz aguda, diciendo: Mete tu hoz aguda, y vendimia los racimos de la
tierra, porque sus uvas están maduras.”
El Señor da el comando para
que sean tomados las uvas maduras, nosotros no seremos cortados, seremos
escogidos como ramos de uvas maduras que caminamos, que crecemos, que
producimos que maduramos y estamos listos para ser escogidos por el Señor, el
agricultor de la Viña. Ese es el propósito del Señor cuando nosotros estamos
aquí en la viña, estamos orando, estamos buscando el rostro del Señor, la vida
de Dios está pasando para nosotros que somos sus pámpanos y vamos a producir
ramos maduros, ramos sabrosos.
La fruta cuando está madura es
sabrosa, es apetitosa, todos quieren. Seremos los deseados de las naciones
porque tenemos la vida de Dios en nosotros.
Ap. Dayse Costa.
Acre - Brasil
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